Gracias Rosa María por ponerme tras la pista de esta canción tan bonita de Pedro Guerra.
La Maestra
(Pedro Guerra)
La maestra dio las letras a los pobres,
que aprendieron a sumar su soledad,
a saber que en la intención de ser mejores
la ignorancia es enemiga de la claridad.
La maestra dio la voz a los ausentes,
las abejas marginadas del panal,
los que nunca cuentan nada y siempre pierden,
los que viven sin poder desentrañar.
¿Quién negó la luz al corazón de la maestra?
¿Qué violencia pudo detener esa ilusión?
¿Quién segó las flores que regaba la maestra?
¿Quién a sangre y fuego deja muda la canción?
La maestra dio su amor a la pobreza
enseñando a ver el mundo y a pensar,
el futuro fue llenándose de ciencia
y la vida fue algo más que mendigar.
¿Quién negó la luz al corazón de la maestra?
¿Qué violencia pudo detener esa ilusión?
¿Quién segó las flores que regaba la maestra?
¿Quién a sangre y fuego deja muda la canción?
En EDUCACIÓN EN ORCASUR:
"En la vida no hay soluciones, sino fuerzas en marcha. Es necesario crearlas y las soluciones vienen." A. Saint Exúpery
En este blog intentamos establecer una conexión entre los conceptos: educación, ciencia, ciudadanía, desarrollo comunitario, enriquecimiento cultural, crecimiento personal y cambio social
Mostrando entradas con la etiqueta Profesores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Profesores. Mostrar todas las entradas
miércoles, 26 de octubre de 2011
miércoles, 5 de octubre de 2011
5 de octubre. Día Internacional de los docentes

http://www.radialistas.net/clip.php?id=1100182
EL MAESTRO
Un escrito de Eduardo Galeano… ¡en su voz!
Eduardo Galeano, Bocas del Tiempo, Ediciones del Chanchito 2003.Los alumnos de sexto grado, en una escuela de Montevideo, habían organizado un concurso de novelas.
Todos participaron.
Los jurados éramos tres. El maestro Oscar, puños raídos, sueldo de fakir, más una alumna, representante de los autores, y yo.
En la ceremonia de premiación, se prohibió la entrada de los padres y demás adultos. Los jurados dimos lectura al acta, que destacaba los méritos de cada uno de los trabajos. El concurso fue ganado por todos, y para cada premiado hubo una ovación, una lluvia de serpentinas y una medallita donada por el joyero del barrio.
Después, el maestro Oscar me dijo:
-Nos sentimos tan unidos, que me dan ganas de dejarlos a todos repetidores.
Y una de las alumnas, que había venido a la capital desde un pueblo perdido en el campo, se quedó charlando conmigo. Me dijo que ella, antes, no hablaba ni una palabra, y riendo me explicó que el problema era que ahora no se podía callar. Y me dijo que quería al maestro, lo quería muuuucho, porque él le había enseñado a perder el miedo de equivocarse.
Como es el Día internacional de los docentes (UNESCO) el día internacional de los docentes, he releído La carta a una maestra de los alumnos de la escuela de Barbiana.
Trozo de "Binta y la gran idea". El maestro de la escuela a la que va Binta explica lo que es una escuela para TODOS
Si... (¿de quién es?)
SI tu corazón late más aprisa viendo a tus alumnos,
SI cada persona es para tí un ser que se debe cultivar,
SI cada hora de clase se ha escapado aprisa,
SI quieres más tu trabajo cada año que pasa,
SI las dificultades inevitables te encuentran sonriente,
SI los padres y los niños dicen que eres amable,
SI tu justicia sabe revestirse de amor,
SI combates el mal pero no al pecador,
SI sabiendo tantas cosas no te crees sabio,
SI sabes volver a estudiar lo que creías saber,
SI en lugar de responder,sabes sobre todo preguntar,
SI sabes ser niño permaneciendo maestro,
SI ante la belleza sabes sorprenderte,
SI tu vida es lección y tu silencio palabra,
SI tus alumnos quieren semejarse a tí, entonces...
TÚ ERES MAESTRO.
Jamás serás maestro
[Fuente: ¡Cuánto aprendemos!]
JAMÁS SERÁS MAESTRO...
Si tu escuela tiene más parentesco con una oficina que con un hogar.
Si tus ojos son dos látigos permanentemente dispuestos para el castigo visual, si tus nervios explotan mil veces al día.
Si tus frases, en vez de caricias, son púas que arañan, si necesitas un rsenal de gritos para tus combates diarios.
Si los niños llegan recelosos a tu escuela, como llegan los enfermos al hospital. y si te aceptan no como un alimento grato, sino como una medicina obligada.
Si tu escuela se abre cinco minutos antes de empezar las clases y se cierra cinco minutos después de la hora reglamentaria. Y si al abrirse parece que bostezaras y al cerrarse que sonrieras.
Si no comprendes que los niños deben jugar en razón inversa a sus edades. Y si los niños se aburren en tu compañía.
Si tu escuela, además de un cuerpo, no tiene alma. Y si únicamente es un taller mecánico del alfabeto.
Si al hablar no encantas a los niños dejándolos como hipnotizados. Y si no sabes hacerte escuchar hasta con los ojos.
Si no comprendes que el alma de cada niño es un libro en blanco en el que éstas escribiendo para toda la vida. Y si, en vez de escribir en ese libro himnos triunfales, te contentas con llenarlo de ramponerías y mediocridades.
Si obtienes licencias sin necesitarlas. Y si trabajas cuando te fiscalizan y cuando se acercan los exámenes.
Si el patio de tu escuela es tan fúnebre como el patio de una cárcel. Y si los recreos, en vez de ser una fiesta para el cuerpo y el espíritu, son lugares donde se sufre frío en invierno, sol en primavera y soledad espiritual en todas las épocas del año.
Jamás serás maestro

EL ARTE DE EDUCAR de Karen Katafiasz

EL ARTE DE EDUCAR
Karen Katafiasz
1. Dedicar tu vida a hacer lo que es realmente importante es una satisfacción, y enseñar lo es.
2. Recuerda a aquellos profesores que influyeron en tu vida positivamente. ¿Qué hicieron? ¿Cómo se las arreglaron para proporcionarte lo que necesitabas? Sigue su ejemplo.
3. Sé consciente de que no sólo estás enseñando una asignatura. Estás abriendo mentes y corazones, estás modelando vidas.
4. Entusiásmate por tus alumnos, por aprender y por vivir, y transmíteles ese entusiasmo. Tanto ellos como tú os enriquecéis enormemente.
5. Apasiónate por la asignatura que enseñas. El entusiasmo es contagioso.
6. Escucha y respeta los sueños de tus alumnos. Y anímalos a alcanzar otros todavía mayores.
7. Los niños necesitan unas pautas de comportamiento, unas reglas adecuadas que les ayuden a aprender y a madurar. Proporciona a tus alumnos normas firmes, justas y coherentes.
8. Actúa con generosidad, justicia e integridad. Así les enseñarás estos valores sin esfuerzo.
9. Organiza bien tu tiempo y serás más eficaz cada día. Si te llevas trabajo a casa, sé consciente de que tendrás que realizarlo. Pero también necesitas tiempo libre para descansar y evitar el estrés.
10. Si pides a tus alumnos que sean responsables tú también debes ser responsable con ellos. Cumple tus compromisos; mantén tus promesas.
11. La enseñanza exige mucha dedicación. Procura cuidarte físicamente. Toma alimentos sanos, haz ejercicio, descansa lo suficiente.
12. Debes cuidarte espiritualmente. En el aula es tan importante como el ejercicio físico.
13. Los alumnos necesitan un ambiente acogedor donde puedan sentirse seguros y respetados. Haz de tu aula ese lugar.
14. Gozas de un gran crédito entre tus alumnos; de ti depende que los niños disfruten o desaprovechen la clase. Usa tu influencia de manera positiva.
15. Enseña a tus alumnos que cometer errores no es tan grave. Los errores no tienen por qué avergonzarnos, más bien nos brindan la posibilidad de aprender a hacer las cosas mejor.
16. A veces encontrarás dificultades en tu relación con alguno de tus alumnos. Averigua cuáles son tus inclinaciones y preferencias y trata de superarlas intentando prestar a cada uno de los niños la misma atención y el mismo trato.
17. Procura aceptar por sí mismos a todos tus alumnos. No siempre podrás admitir su comportamiento, pero sí su propio ser, su existencia misma. Incluso cuando alguno de ellos no te gusten demasiado, si lo intentas, llegarás a quererlos.
18. Piensa que en el corazón y en la mente de tus alumnos pueden existir tensiones: situaciones familiares difíciles, cambio de amistades, incertidumbres, dudas y temores. Acepta a cada uno como persona íntegra que es.
19. Ten en cuenta que para algunos alumnos, el colegio es un alivio, un lugar seguro. Haz que sea realmente un lugar acogedor donde puedan expresarse y ser ellos mismos.
20. Cada día tienes la oportunidad de ofrecer un mundo a tus alumnos; de brindarles conocimientos y experiencias capaces de cambiar sus vidas. Aprovecha estas posibilidades.
21. Ayuda a tus alumnos a descubrir sus dotes personales, a realizarse, a superarse. La satisfacción del éxito conseguido les proporcionará la autoestima que necesitan.
22. La escuela puede ser el lugar donde los alumnos descubran sus propias capacidades y valores y contrarresten las malas influencias de otros ambientes. Dales esta oportunidad.
23. Continúa tu formación. Sigue aprendiendo; desarrolla tus intereses. Vivirás más intensamente y te proporcionará nuevas perspectivas de compartir con tus alumnos.
24. No olvides que tus alumnos están todavía aprendiendo y desarrollándose. Ten paciencia con esas mentes y espíritus en crecimiento.
25. El humor puede ser un excelente instrumento didáctico. Utilízalo con cuidado y prudencia, nunca para humillar.
26. Vigila tu estado de ánimo. Ten en cuenta tus propias necesidades y problemas, de forma que no sean tus alumnos quienes paguen las consecuencias.
27. Apóyate en tus colegas, busca en ellos ayuda, comprensión, consejo y diversión. Pueden ser fuente de sabiduría y energía.
28. Procura sentirte bien contigo mismo; convencerte de tu propia valía. Los demás tendrán un buen concepto de ti si tú mismo lo tienes.
29. Si te sientes seguro, podrás ayudar a los niños a sentirse seguros; si te encuentras a gusto, podrás tranquilizarlos en sus temores. Cuidarte a ti mismo revertirá en favor de tus alumnos.
30. A lo largo del día podrás optar muchas veces por cualquiera de estas alternativas: ensalzar o humillar, motivar o desanimar. Elige conscientemente.
31. Ten en cuenta lo difícil que es ser niño; la fragilidad y vulnerabilidad que padecen en el mundo cuyas normas ignoran todavía, en un mundo donde se sienten inseguros aunque no lo demuestren. Tú puedes ser su guía en ese mundo.
32. En los días difíciles, cuando la moral está por los suelos, recuerda los motivos que te impulsaron a ser profesor. Recuerda las veces en las que estabas completamente convencido de que esa era tu vocación.
33. Tu eres un adulto y tus alumnos son todavía unos niños. Pero reconoce también que tienes un niño en tu interior que reclama tu atención y cuidado. No dejes que el tiempo que tienes que dedicar a ese niño se interponga entre tus alumnos y tú.
34. Ten en cuenta que tus alumnos tienen capacidades diferentes. Utiliza varias técnicas de aprendizaje para desarrollar las distintas aptitudes: verbal, lógica, visual, corporal, musical. interpersonal, personal.
35. Aprecia la singularidad de cada uno de tus alumnos como muestra de la riqueza de la creación. Afirma en cada uno de ellos la variedad de sus talentos, sus diferentes herencias culturales.
36. Infunde confianza a tus alumnos; que se den cuenta de los importantes que son, de que el mundo puede ser mejor porque ellos forman parte de él.
37. Tu influencia en la vida de tus alumnos tiene resultados positivos. ¡Da gracias por ser profesor!
El oficio de maestro
El oficio de maestro es escuchar
acompañar asombros
y vestir los saberes de mañanitas.
Es oficio de maestro es aprender (y aprenderse)
es contar (y contarse)
es soñar (y soñarse) en el festín de estrenar con los niños
la alegría del conocer.
Carmen Díaz Navarro
Proyectando otra escuela
[Fuente: ¡Cuánto aprendemos!]
El decálogo del maestro (¿de Gabriela Mistral?)
EL DECÁLOGO DEL MAESTRO
1. Ama. Si no puedes amar mucho no enseñes a niños.
2. Simplifica. Saber es simplificar sin restar esencia.
3. Insiste. Repite como la naturaleza repite las especies, hasta alcanzar la perfección.
4. Enseña con intención de hermosura porque la hermosura es madre.
5. Maestro sé fervoroso. Para encender lámparas has de llevar fuego en tu corazón.
6. Vivifica tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser.
7. Cultívate. Para dar hay que tener mucho.
8. Acuérdate de que tu oficio no es mercancía, sino que es servicio divino.
9. Antes de dictar tu lección cotidiana, mira a tu corazón y ve si está puro.
10. Piensa que Dios te ha puesto a crear el mundo de mañana.
Algunos pensamientos pedagógicos de Gabriela Misatral
ALGUNOS PENSAMIENTOS PEDAGÓGICOS DE GABRIELA MISTRAL
1. Todo para la escuela; muy poco para nosotros mismos.
2. Enseñad siempre: en el patio y en la calle como en el aula. Enseñad con la actitud, el gesto y la palabra.
3. Vivid las teorías hermosas. Vivid la bondad, la actividad y la honradez profesional.
4. Amenizar la enseñanza con la palabra hermosa, con la anécdota oportuna y la relación de cada conocimiento con la vida.
5. Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela, ¿dónde podrán exigirse estas cosas?
6. El maestro que no lee tiene que ser mal maestro: ha rebajado su profesión al mecanismo de oficio, al no renovarse espiritualmente.
7. Cada repetición de la orden de un jefe, por bondadosa que sea, es la amonestación y la constatación de una falta.
8. Hay que merecer el empleo cada día. No basta los aciertos ni la actividad ocasionales.
9. Todos los vicios y la mezquindad de un pueblo son vicios de sus maestros.
10. No hay más aristocracia que la de la virtud.
11. Para corregir no hay que temer. El peor maestro es el maestro con miedo.
12. Todo puede decirse, pero hay que dar con la forma. La más acre reprimenda puede hacerse sin deprimir ni envenenar un alma.
13. La enseñanza de los niños es tal vez la forma más alta de buscar a Dios; pero es también la más terrible, en el sentido de tremenda responsabilidad.
"Buen maestro" de Vitaliano de la Cruz
Buen maestro"Sembrad" de Cristina Arteaga (religiosa)
De ti aprendí
a sentir el pulso inquieto
de la vida.
A aceptar tolerante
La diferencia.
A fijarme en detalles mínimos
Y a soñar …
También aprendí a respetar
a mis hermanos
a creer con fe buena,
a respirar el aire fresco,
y a rezar …
De ti aprendí,
que la vida es un sueño,
que los ríos van al mar.
Que no vale ser cobarde,
que se puede navegar.
De ti aprendí
a sufrir en silencio.
a gritar por no callar.
A ser libre como el viento,
a esperar y amar.
Gracias mi buen maestro.
Ayer tu imagen, hoy tu ejemplo.
Sembraste hermosos frutos
que nacieron y crecieron.
¡Qué buena cosecha sembraste, maestro!
Vitaliano de la Cruz
SEMBRADEl buen profesor, por Carmen Pellicer.
Sin saber quién recoge,
Sembrad serenos, sin prisas,
Las buenas palabras, acciones, sonrisas...
Sin saber quién recoge, dejad
Que se lleven la siembra las brisas...
Con un gesto que ahuyente el temor,
Abarcad la tierra, en ella se encierra,
La gran esperanza para el sembrador.
¡Abarcad la tierra!
No os importe no ver, germinar
El don de la alegría;
Sin melancolía
Dejar al capricho del viento volar
La siembra de un día.
Las espigas dobles romperán después...
Yo abriré las manos para echar mi grano
Como un armoniosa promesa de miés
En el surco humano
Brindará la tierra su fruto;
En agraz, otros segadores cortarán las flores...
Pero habré cumplido mi deber de paz
Mi misión de amores.
Cristina Arteaga
Fuente: http://www.ceide-fsm.com/2012/12/el-buen-profesor/
Vamos buscando, como dice Jose Antonio, buenas prácticas educativas, como semillas de cambio que, de savia vigorosa, sean capaces de comerse tanta cizaña mediática que hace tambalear la esperanza de que la educación puede transformar un futuro que vemos tan incierto. Y sabemos que, en el fondo, todas las experiencias educativas de éxito tienen un solo elemento en común: buenos profesores que las incitan y acompañan, no para brillar ni presumir, sino para que sus alumnos aprendan y crezcan. Por eso, muchas están ocultas y quedan en lo secreto de la cotidianidad de cientos de nuestras aulas.
Queremos desvelarlas, y a sus artífices, los buenos maestros. Aprendemos cada día de todos ellos el significado y el poder que se esconde detrás de ‘dar clase’, de ponerse delante de un grupo de niños, que, aunque solo por un instante están expectantes. Algunos, cual magos del espíritu, son capaces de lograr imposibles y marcar huellas en sus mentes y en sus corazones. ¿Cómo son esos protagonistas de las mejores clases? ¿Cómo es un buen profesor?
Este es nuestro particular decálogo:
1. Sabe y cree que lo que sabe es importante y necesario para comprender la vida y a uno mismo, y para avanzar, y por eso profundiza en el conocimiento de lo que quiere enseñar y busca las maneras de hacerlo sencillo y comprensible para todos los alumnos.
2. Conoce bien a sus alumnos, no solo como son, sino también por qué son como son y, sobre todo, de qué son capaces. Tiene de cada uno de ellos una visión de hacia dónde pueden crecer en todas sus dimensiones, y sabe cómo empujarles hacia adelante para lograr lo mejor de ellos mismos.
3. Identifica las necesidades y los momentos en los que está cada alumno y cómo afectan a su desarrollo personal y genera una multiplicidad de oportunidades y recursos variados para que todos se impliquen y aprendan en profundidad.
4. Maneja con agilidad diferentes estrategias y metodologías que dotan a la clase del ritmo y las tensión necesaria para estimular la motivación, la curiosidad, la atención y la reflexión de sus alumnos.
5. Hace a sus alumnos cada vez más autónomos y protagonistas de su propio aprendizaje, creando un clima cálido y respetuoso de participación y colaboración mutua, gestionando los conflictos con firmeza y eficacia.
6. Fomenta la creatividad y amplía los horizontes de aprendizaje facilitando el acceso a diferentes recursos, experiencias, lenguajes, interlocutores y herramientas tecnológicas.
7. Dedica tiempo y esfuerzo personal a pensar sobre cada uno de sus alumnos y sus clases, que prepara, planifica y modifica a la vez que estudia, investiga y contrasta para crecer con y para ellos.
8. Acompaña los procesos de maduración y aprendizaje de cada alumno, evaluando y discerniendo sobre lo que ve y lo que revela aquello que ve, y proponiendo iniciativas de mejora y superación continua.
9. Comparte su conocimiento y experiencia, y trabaja en equipo con sus compañeros, implicándose en un proyecto común que ayude a sus alumnos más allá de su aula y de su misma escuela, haciendo cómplices de su educación a las familias y otros agentes sociales presentes en la vida local.
10. Disfruta de los éxitos de sus alumnos y vive sus fracasos como propios, cree en lo que hace y sabe que lo que hace puede marcar una diferencia en sus vidas, y por eso se compromete con ellos, y saca lo mejor de sí mismo para ellos.
Pero creo, que al final, y después de muchos años de docencia, he aprendido que tienes que quererles lo suficiente para que te importen. Esto no se puede poner en el decálogo porque el cariño no se puede exigir, solo regalar. Por eso, delante de cualquiera de mis grupos de alumnos, pequeños y grandes, necesito dejarme seducir y embaucar por ellos, y entonces dejarme la piel y la vida en arrancarles sonrisas, miradas de complicidad, preguntas e inquietudes, hacerles enfadar y sorprenderles.
Y entonces ese cariño que se nutre del roce diario, la impaciencia, el cansancio superado, la rutina que se rompe, a la vez que de las miles de recompensas fugaces que recibes cuando les ves crecer y ser más y mejor. Ese cariño es el que les educa, y el que te sostiene a ti.
Blogs que hay que visitar:
Para el año que viene la entrada estará dedicada a "Juan de Mairena" de A. Machado. ¡Qué no se me olvide!
A mis alumnos de Magisterio, un artículo de Miguel Ángel Santos Guerra en el Adarve 04/08/2012 (aquí)
En EDUCACIÓN EN ORCASUR:
- Carta a una maestra de los alumnos de la escuela de Barbiana
- Ser profesor en el siglo XXI
- Educadores
- Haz tu influencia positiva. Pedagogía del ejemplo
- La Comunidad educativa
- Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en la escuela infantil
- Binta y la gran idea
- "La mejor escuela" de José Agustín Goytisolo
- El dedo corazón
jueves, 29 de septiembre de 2011
Viva la escuela de TOD@S para TOD@S
Siguiendo en facebook a Arancha Pérez Álvarez he encontrado estos dos vídeos encantadores que nos hablan de lo bonita que es una escuela de TOD@S para TOD@OS. . .... Y pensar que se la quieren cargar.
Disfrutad estos vídeos:
Gracias Arancha. Gracias a todas las maestras y maestros.
viernes, 5 de noviembre de 2010
"Algunas ideas sobre Educación", de Albert Einstein
Albert Einstein, siempre estuvo preocupado por la Educación. Quedó muy marcado por los rígidos estudios Prusianos, de los que tenía una opinión pésima,
Esto es lo que dice la Wikipedia al respecto:
Su paso por el Gymnasium (instituto de bachillerato), sin embargo, no fue muy gratificante: la rigidez y la disciplina militar de los institutos de secundaria de la época de Otto von Bismark le granjearon no pocas polémicas con los profesores: en el Luitpold Gymnasium las cosas llegaron a un punto crítico en 1894, cuando Einstein tenía 15 años. Un nuevo profesor, el Dr. Joseph Degenhart, le dijo que «nunca conseguiría nada en la vida». Cuando Einstein le respondió que «no había cometido ningún delito», el profesor le respondíó: «tu sola presencia aquí mina el respeto que me debe la clase».
La opinión personal del propio Einstein queda reflejada en esta cita de sus Memorias:
[…] para los exámenes había que embutirse todo ese material en la cabeza, quisieras o no. Semejante coacción tenía efectos tan espantosos, que tras aprobar el examen final se me quitaron las ganas de pensar en problemas científicos durante un año entero. He de decir, sin embargo, que en Suiza sufríamos menos que en muchos otros lugares bajo esta coerción que asfixia el verdadero impulso científico.
[…] En realidad es casi un milagro que los modernos métodos de enseñanza no hayan estrangulado ya la sagrada curiosidad de la investigación, pues, aparte de estímulo, esta delicada planta necesita sobre todo de libertad; sin ésta se marchita indefectiblemente. Es grave error creer que la ilusión de mirar y buscar puede fomentarse a golpe de coacción y sentido del deber. Pienso que incluso a un animal de presa sano se le podría privar de su voracidad si, a punta de látigo, se le obliga continuamente a comer cuando no tiene hambre, y sobre todo si se eligen de manera conveniente los alimentos así ofrecidos.
(A. Einstein, Notas autobiográficas, Madrid, Alianza, 1984, págs. 21-22.)
A continuación recogemos algunas ideas de Einstein sobre educación. Ideas que fue madurando durante toda su vida. La fuente del texto que aperce a continuación es el libro OBRA ESENCIAL DE EINSTEIN. Introducción, selección y edición de José Manuel Sánchez Ron. Editorial Crítica. Madrid. 2005.
En este libro se recoge una conferencia titulada "Algunas ideas sobre Educación" (1936).
A lo largo de ella, Albert Einstein hace algunas reflexiones sobre cómo cree él que debería ser la educación.
A continuación puedes ver el texto completo de la conferencia (que he escaneado y traducido a texto). Después algunos trozos que he seleccionado como muestra del estilo y las ideas que en ella se exponen.
Nos habla Einstein de una escuela que debe transmitir los valores de la Humanidad para crear personas libres, creativas y generosas. Sobre los métodos educativos rechaza el autoritarismo y la competitividad que cree que el éxito es la meta de la vida. Aboga por una educación general y no tanto en una especializada.
Algunas Ideas Sobre Educacion
Como muestra aquí van unos párrafos:
En EDUCACIÓN EN ORCASUR:
ALGUNAS IDEAS SOBRE EDUCACIÓN
de Albert Einstein
[...]
El método educativo más adecuado siempre ha sido aquel en el cual se exhorta al alumno a actuar en el marco de la realidad. Esto es aplicable tanto al niño de enseñanza primaria que hace sus primeros intentos con la escritura, como a la tesis doctoral que se prepara en una universidad, o a la simple memorización de un poema, la realización de una redacción, la interpretación y la traducción de un texto, la resolución de un problema matemático o la práctica del deporte.
Sin embargo, detrás de un logro siempre existe la motivación, que es la que le da su fundamento y que, a su vez, se fortalece y se alimenta durante la realización de la tarea. Es en esto donde residen las mayores diferencias y éstas son de la máxima importancia para el valor educativo de la escuela. Un mismo trabajo puede tener su origen en el temor y en la coacción, en el deseo ambicioso de autoridad y distinciones, o en el amor por el objeto de esa tarea y en un deseo de verdad y entendimiento, y puede surgir de esa divina curiosidad que siente todo niño sano, pero que a menudo pierde fuerza muy pronto. La influencia educativa que se ejerce sobre el alumno a través de la realización de un mismo trabajo puede ser muy diferente dependiendo de que en la base de ese trabajo haya miedo a sufrir daño, pasión egoísta o deseo de placer y satisfacción. Además, nadie sostendrá que la dirección de la escuela y la actitud de los profesores no ejerce influencia sobre la formación de la base psicológica de los alumnos.
Pienso que lo peor para una escuela es ante todo trabajar con métodos basados en el temor, la obligación por la fuerza y la autoridad artificial. Tal procedimiento destruye los buenos sentimientos, la sinceridad y la confianza en sí mismos de los alumnos. Produce sujetos sumisos. No es de extrañar que este tipo de escuelas sean lo habitual en Alemania y en Rusia. Sé que las escuelas de este país están libres de este grave mal; lo mismo sucede en Suiza y probablemente en todos los países que poseen gobiernos democráticos.
Es relativamente sencillo mantener la escuela libre de este mal, que es el peor de todos. Basta con poner en manos del profesor el menor número posible de medidas coercitivas, de tal modo que la única fuente del respeto del alumno por el profesor sean las cualidades humanas e intelectuales de este último.
El segundo motivo que hemos mencionado, la ambición o, dicho de una manera más suave, el deseo de reconocimiento y consideración, está firmemente arraigado en la naturaleza humana. En ausencia de estímulos mentales de este tipo, la cooperación humana sería completamente imposible; el deseo de recibir la aprobación de los semejantes es ciertamente uno de los poderes aglutinantes que tienen mayor importancia social. En todo este complejo de sentimientos, las fuerzas constructivas y las destructivas se encuentran muy cerca unas de otras. El deseo de aprobación y reconocimiento es un motivo sano; pero el deseo de ser reconocido como mejor, más fuerte o más inteligente que un semejante o un colega conduce fácilmente a un cambio psicológico excesivamente egoísta, que puede llegar a ser perjudicial para el individuo y para la comunidad. Por consiguiente, la escuela y el profesor deben guardarse de utilizar el fácil método de crear ambiciones individuales con el fin de inducir a los alumnos a ser diligentes en el trabajo.
Muchos han citado la teoría darwiniana de la lucha por la existencia y de la selección relacionada con ella, considerando que dicha teoría es una justificación para fomentar el espíritu competitivo. En este sentido, algunos han intentado también demostrar de una manera pseudo-científica la necesidad de la lucha económica destructiva para los individuos que compiten entre sí. Pero esto es un error, porque el hombre debe su fuerza en la lucha por la existencia al hecho de que es un animal que vive en sociedad. Así como una batalla entre algunas hormigas de un hormiguero tiene poco de esencial para la supervivencia, lo mismo sucede cuando se trata de individuos que son miembros de una comunidad humana.
Por consiguiente, hay que guardarse de predicar a los jóvenes el éxito en el sentido habitual como la meta de la vida. Un hombre de éxito es aquel que recibe mucho de sus semejantes, en general incomparablemente más que lo que le correspondería por prestarles servicios. Sin embargo, el valor do un hombre se debe ver en lo que da y no en lo que puede recibir.
[...]
jueves, 4 de noviembre de 2010
A veces me pregunto ¿Qué hago yo aquí?
[Fuente del la imagen: http://50enlasaulas.blogspot.com/]
Esta entrada está dedicada a todos los profesores a los que les gusta Labordeta y que a veces se preguntan ¿qué hago yo aquí?
Escuchar aquí:
https://m.youtube.com/watch?v=CTP9MHyu9_s
A VECES ME PREGUNTOEn EDUCACIÓN en ORCASUR:
A veces me pregunto qué hago yo aquí,
explicando la historia que recién aprendí:
los líos de romanos, de moros y cristianos,
el follón del marxismo y el del otro coté
donde los yanquis tienen el mango y la sartén.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
Viendo como la tarde se duerme frente a mí,
mientras usted Martínez se evade en el jardín,
y la dulce Encarnita García Corbejón
confunde a los etruscos con los negros del Gabón,
entre miradas tiernas de Pablo el empollón.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
Intentando que aprendan lo de la Ilustración
cuando ellos sólo entienden cosas del rock and roll
y haciendo que comprendan una revolución:
la rusa, la francesa, la de Tutankhamón
y encontrando a Picasso perdido en un balcón.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
Viendo como los días se pierden sin un fin
y menos mal que a veces una tarde de abril
un alumno te abraza y te dice: “Don José
que bien que lo pasaba en las clases de usted
con la visión cachonda del tiempo que se fue”.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
Intentando que olviden la gris realidad
y rían con la broma de hacerles comparar
la influencia mudéjar con el A la bá
a la bí a la bá a la bimbombá
que gritan en el fútbol animando al personal.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
Y en noches de vigilia, te rondan por doquier
los rostros de María, de Pedro, de Javier,
y el gesto de aquel chico que explicaba sin fin
la batalla del Marne y el cruce sobre el Rhin,
y que leía versos de Rilke y Valery.
A veces me pregunto qué hago yo aquí.
JOSÉ ANTONIO LABORDETA
martes, 5 de octubre de 2010
5 de octubre. Día internacional de los docentes

Como es el día internacional de los docentes, he releído La carta a una maestra de los alumnos de la escuela de Barbiana.
Trozo de "Binta y la gran idea". El maestro de la escuela a la que va Binta explica lo que es una escuela para TODOS
Si... (¿de quién es?)
SI tu corazón late más aprisa viendo a tus alumnos,
SI cada persona es para tí un ser que se debe cultivar,
SI cada hora de clase se ha escapado aprisa,
SI quieres más tu trabajo cada año que pasa,
SI las dificultades inevitables te encuentran sonriente,
SI los padres y los niños dicen que eres amable,
SI tu justicia sabe revestirse de amor,
SI combates el mal pero no al pecador,
SI sabiendo tantas cosas no te crees sabio,
SI sabes volver a estudiar lo que creías saber,
SI en lugar de responder,sabes sobre todo preguntar,
SI sabes ser niño permaneciendo maestro,
SI ante la belleza sabes sorprenderte,
SI tu vida es lección y tu silencio palabra,
SI tus alumnos quieren semejarse a tí, entonces...
TÚ ERES MAESTRO.
Jamás serás maestro
[Fuente: ¡Cuánto aprendemos!]
JAMÁS SERÁS MAESTRO...
Si tu escuela tiene más parentesco con una oficina que con un hogar.
Si tus ojos son dos látigos permanentemente dispuestos para el castigo visual, si tus nervios explotan mil veces al día.
Si tus frases, en vez de caricias, son púas que arañan, si necesitas un rsenal de gritos para tus combates diarios.
Si los niños llegan recelosos a tu escuela, como llegan los enfermos al hospital. y si te aceptan no como un alimento grato, sino como una medicina obligada.
Si tu escuela se abre cinco minutos antes de empezar las clases y se cierra cinco minutos después de la hora reglamentaria. Y si al abrirse parece que bostezaras y al cerrarse que sonrieras.
Si no comprendes que los niños deben jugar en razón inversa a sus edades. Y si los niños se aburren en tu compañía.
Si tu escuela, además de un cuerpo, no tiene alma. Y si únicamente es un taller mecánico del alfabeto.
Si al hablar no encantas a los niños dejándolos como hipnotizados. Y si no sabes hacerte escuchar hasta con los ojos.
Si no comprendes que el alma de cada niño es un libro en blanco en el que éstas escribiendo para toda la vida. Y si, en vez de escribir en ese libro himnos triunfales, te contentas con llenarlo de ramponerías y mediocridades.
Si obtienes licencias sin necesitarlas. Y si trabajas cuando te fiscalizan y cuando se acercan los exámenes.
Si el patio de tu escuela es tan fúnebre como el patio de una cárcel. Y si los recreos, en vez de ser una fiesta para el cuerpo y el espíritu, son lugares donde se sufre frío en invierno, sol en primavera y soledad espiritual en todas las épocas del año.
Jamás serás maestro

EL ARTE DE EDUCAR de Karen Katafiasz

EL ARTE DE EDUCAR
Karen Katafiasz
1. Dedicar tu vida a hacer lo que es realmente importante es una satisfacción, y enseñar lo es.
2. Recuerda a aquellos profesores que influyeron en tu vida positivamente. ¿Qué hicieron? ¿Cómo se las arreglaron para proporcionarte lo que necesitabas? Sigue su ejemplo.
3. Sé consciente de que no sólo estás enseñando una asignatura. Estás abriendo mentes y corazones, estás modelando vidas.
4. Entusiásmate por tus alumnos, por aprender y por vivir, y transmíteles ese entusiasmo. Tanto ellos como tú os enriquecéis enormemente.
5. Apasiónate por la asignatura que enseñas. El entusiasmo es contagioso.
6. Escucha y respeta los sueños de tus alumnos. Y anímalos a alcanzar otros todavía mayores.
7. Los niños necesitan unas pautas de comportamiento, unas reglas adecuadas que les ayuden a aprender y a madurar. Proporciona a tus alumnos normas firmes, justas y coherentes.
8. Actúa con generosidad, justicia e integridad. Así les enseñarás estos valores sin esfuerzo.
9. Organiza bien tu tiempo y serás más eficaz cada día. Si te llevas trabajo a casa, sé consciente de que tendrás que realizarlo. Pero también necesitas tiempo libre para descansar y evitar el estrés.
10. Si pides a tus alumnos que sean responsables tú también debes ser responsable con ellos. Cumple tus compromisos; mantén tus promesas.
11. La enseñanza exige mucha dedicación. Procura cuidarte físicamente. Toma alimentos sanos, haz ejercicio, descansa lo suficiente.
12. Debes cuidarte espiritualmente. En el aula es tan importante como el ejercicio físico.
13. Los alumnos necesitan un ambiente acogedor donde puedan sentirse seguros y respetados. Haz de tu aula ese lugar.
14. Gozas de un gran crédito entre tus alumnos; de ti depende que los niños disfruten o desaprovechen la clase. Usa tu influencia de manera positiva.
15. Enseña a tus alumnos que cometer errores no es tan grave. Los errores no tienen por qué avergonzarnos, más bien nos brindan la posibilidad de aprender a hacer las cosas mejor.
16. A veces encontrarás dificultades en tu relación con alguno de tus alumnos. Averigua cuáles son tus inclinaciones y preferencias y trata de superarlas intentando prestar a cada uno de los niños la misma atención y el mismo trato.
17. Procura aceptar por sí mismos a todos tus alumnos. No siempre podrás admitir su comportamiento, pero sí su propio ser, su existencia misma. Incluso cuando alguno de ellos no te gusten demasiado, si lo intentas, llegarás a quererlos.
18. Piensa que en el corazón y en la mente de tus alumnos pueden existir tensiones: situaciones familiares difíciles, cambio de amistades, incertidumbres, dudas y temores. Acepta a cada uno como persona íntegra que es.
19. Ten en cuenta que para algunos alumnos, el colegio es un alivio, un lugar seguro. Haz que sea realmente un lugar acogedor donde puedan expresarse y ser ellos mismos.
20. Cada día tienes la oportunidad de ofrecer un mundo a tus alumnos; de brindarles conocimientos y experiencias capaces de cambiar sus vidas. Aprovecha estas posibilidades.
21. Ayuda a tus alumnos a descubrir sus dotes personales, a realizarse, a superarse. La satisfacción del éxito conseguido les proporcionará la autoestima que necesitan.
22. La escuela puede ser el lugar donde los alumnos descubran sus propias capacidades y valores y contrarresten las malas influencias de otros ambientes. Dales esta oportunidad.
23. Continúa tu formación. Sigue aprendiendo; desarrolla tus intereses. Vivirás más intensamente y te proporcionará nuevas perspectivas de compartir con tus alumnos.
24. No olvides que tus alumnos están todavía aprendiendo y desarrollándose. Ten paciencia con esas mentes y espíritus en crecimiento.
25. El humor puede ser un excelente instrumento didáctico. Utilízalo con cuidado y prudencia, nunca para humillar.
26. Vigila tu estado de ánimo. Ten en cuenta tus propias necesidades y problemas, de forma que no sean tus alumnos quienes paguen las consecuencias.
27. Apóyate en tus colegas, busca en ellos ayuda, comprensión, consejo y diversión. Pueden ser fuente de sabiduría y energía.
28. Procura sentirte bien contigo mismo; convencerte de tu propia valía. Los demás tendrán un buen concepto de ti si tú mismo lo tienes.
29. Si te sientes seguro, podrás ayudar a los niños a sentirse seguros; si te encuentras a gusto, podrás tranquilizarlos en sus temores. Cuidarte a ti mismo revertirá en favor de tus alumnos.
30. A lo largo del día podrás optar muchas veces por cualquiera de estas alternativas: ensalzar o humillar, motivar o desanimar. Elige conscientemente.
31. Ten en cuenta lo difícil que es ser niño; la fragilidad y vulnerabilidad que padecen en el mundo cuyas normas ignoran todavía, en un mundo donde se sienten inseguros aunque no lo demuestren. Tú puedes ser su guía en ese mundo.
32. En los días difíciles, cuando la moral está por los suelos, recuerda los motivos que te impulsaron a ser profesor. Recuerda las veces en las que estabas completamente convencido de que esa era tu vocación.
33. Tu eres un adulto y tus alumnos son todavía unos niños. Pero reconoce también que tienes un niño en tu interior que reclama tu atención y cuidado. No dejes que el tiempo que tienes que dedicar a ese niño se interponga entre tus alumnos y tú.
34. Ten en cuenta que tus alumnos tienen capacidades diferentes. Utiliza varias técnicas de aprendizaje para desarrollar las distintas aptitudes: verbal, lógica, visual, corporal, musical. interpersonal, personal.
35. Aprecia la singularidad de cada uno de tus alumnos como muestra de la riqueza de la creación. Afirma en cada uno de ellos la variedad de sus talentos, sus diferentes herencias culturales.
36. Infunde confianza a tus alumnos; que se den cuenta de los importantes que son, de que el mundo puede ser mejor porque ellos forman parte de él.
37. Tu influencia en la vida de tus alumnos tiene resultados positivos. ¡Da gracias por ser profesor!
El oficio de maestro
El oficio de maestro es escuchar
acompañar asombros
y vestir los saberes de mañanitas.
Es oficio de maestro es aprender (y aprenderse)
es contar (y contarse)
es soñar (y soñarse) en el festín de estrenar con los niños
la alegría del conocer.
Carmen Díaz Navarro
Proyectando otra escuela
[Fuente: ¡Cuánto aprendemos!]
El decálogo del maestro (¿de Gabriela Mistral?)
EL DECÁLOGO DEL MAESTRO
1. Ama. Si no puedes amar mucho no enseñes a niños.
2. Simplifica. Saber es simplificar sin restar esencia.
3. Insiste. Repite como la naturaleza repite las especies, hasta alcanzar la perfección.
4. Enseña con intención de hermosura porque la hermosura es madre.
5. Maestro sé fervoroso. Para encender lámparas has de llevar fuego en tu corazón.
6. Vivifica tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser.
7. Cultívate. Para dar hay que tener mucho.
8. Acuérdate de que tu oficio no es mercancía, sino que es servicio divino.
9. Antes de dictar tu lección cotidiana, mira a tu corazón y ve si está puro.
10. Piensa que Dios te ha puesto a crear el mundo de mañana.
Algunos pensamientos pedagógicos de Gabriela Misatral
ALGUNOS PENSAMIENTOS PEDAGÓGICOS DE GABRIELA MISTRAL
1. Todo para la escuela; muy poco para nosotros mismos.
2. Enseñad siempre: en el patio y en la calle como en el aula. Enseñad con la actitud, el gesto y la palabra.
3. Vivid las teorías hermosas. Vivid la bondad, la actividad y la honradez profesional.
4. Amenizar la enseñanza con la palabra hermosa, con la anécdota oportuna y la relación de cada conocimiento con la vida.
5. Si no realizamos la igualdad y la cultura dentro de la escuela, ¿dónde podrán exigirse estas cosas?
6. El maestro que no lee tiene que ser mal maestro: ha rebajado su profesión al mecanismo de oficio, al no renovarse espiritualmente.
7. Cada repetición de la orden de un jefe, por bondadosa que sea, es la amonestación y la constatación de una falta.
8. Hay que merecer el empleo cada día. No basta los aciertos ni la actividad ocasionales.
9. Todos los vicios y la mezquindad de un pueblo son vicios de sus maestros.
10. No hay más aristocracia que la de la virtud.
11. Para corregir no hay que temer. El peor maestro es el maestro con miedo.
12. Todo puede decirse, pero hay que dar con la forma. La más acre reprimenda puede hacerse sin deprimir ni envenenar un alma.
13. La enseñanza de los niños es tal vez la forma más alta de buscar a Dios; pero es también la más terrible, en el sentido de tremenda responsabilidad.
"Buen maestro" de Vitaliano de la Cruz
Buen maestro"Sembrad" de Cristina Arteaga (religiosa)
De ti aprendí
a sentir el pulso inquieto
de la vida.
A aceptar tolerante
La diferencia.
A fijarme en detalles mínimos
Y a soñar …
También aprendí a respetar
a mis hermanos
a creer con fe buena,
a respirar el aire fresco,
y a rezar …
De ti aprendí,
que la vida es un sueño,
que los ríos van al mar.
Que no vale ser cobarde,
que se puede navegar.
De ti aprendí
a sufrir en silencio.
a gritar por no callar.
A ser libre como el viento,
a esperar y amar.
Gracias mi buen maestro.
Ayer tu imagen, hoy tu ejemplo.
Sembraste hermosos frutos
que nacieron y crecieron.
¡Qué buena cosecha sembraste, maestro!
Vitaliano de la Cruz
SEMBRAD
Sin saber quién recoge,
Sembrad serenos, sin prisas,
Las buenas palabras, acciones, sonrisas...
Sin saber quién recoge, dejad
Que se lleven la siembra las brisas...
Con un gesto que ahuyente el temor,
Abarcad la tierra, en ella se encierra,
La gran esperanza para el sembrador.
¡Abarcad la tierra!
No os importe no ver, germinar
El don de la alegría;
Sin melancolía
Dejar al capricho del viento volar
La siembra de un día.
Las espigas dobles romperán después...
Yo abriré las manos para echar mi grano
Como un armoniosa promesa de miés
En el surco humano
Brindará la tierra su fruto;
En agraz, otros segadores cortarán las flores...
Pero habré cumplido mi deber de paz
Mi misión de amores.
Cristina Arteaga
Blogs que hay que visitar:
Para el año que viene la entrada estará dedicada a "Juan de Mairena" de A. Machado. ¡Qué no se me olvide!
Manifiesto del Maestro
De los recuerdos de nuestra infancia emerge siempre la clara figura de una maestra o de un maestro, con quien tenemos pendiente una deuda de gratitud. Suele ocurrir que tardamos mucho en darnos cuenta de su influencia benefactora, y para entonces aquellas personas que sirvieron de puente entre la familia y la sociedad, que suavizaron el desamparo de los primeros días de escuela y nos llevaron de la mano por los laberintos del abecedario y la cultura habrán desaparecido ya de nuestras vidas. Un homenaje al maestro puede servir para pagar esta deuda de gratitud. Es por ello un acto de justicia poética.
Pero también es un acto de justicia real, porque tiene que servir para llamar la atención de la sociedad hacia una profesión que, por esa inversión de prestigios que desdichadamente sufrimos, pasa inadvertida o menospreciada. Otras admiraciones más espectaculares nos hacen ser mezquinos al valorar a las personas que nos enseñaron las primeras letras, que nos obligaron, con una conmovedora paciencia, a dominar nuestra atención, tan propensa a irse por las nubes, para fijarla en el encerado o el cuaderno. Para el niño, ellos son los máximos representantes de la cultura, y, para todos, los grandes funcionarios de la Humanidad. Supieron hacernos pasar de un mundo de afectos privados a un mundo de afectos sociales, y nos convirtieron en pequeños ciudadanos, al enseñarnos las normas compartidas.
El maestro necesita autoridad para poder ejercer bien su cometido, y esa autoridad sólo puede recibirla de un generoso y constante apoyo social. Un homenaje al maestro se convierte así en una eficaz colaboración pedagógica. Y también en una demostración de inteligencia ciudadana. La sabiduría de una sociedad, su estatura ética, se demuestra en los modos de conferir prestigios o distinciones. Cuando esos reconocimientos se dan a quienes no los merecen, o dejan de darse a quien los merecía, se produce una corrupción social, un empequeñecimiento que a todos nos empequeñece. Al homenajear al maestro estamos ennobleciendo el espacio de nuestra convivencia.
A los adultos nos invade muchas veces el desaliento ante el futuro, un cierto cansancio de lo porvenir. Entonces deberíamos recordar la figura del maestro, que es el profesional de la esperanza, el incansable, humilde y magnífico cuidador del futuro. Con la misma tenacidad con que el árbol florece en primavera, él volverá a enseñar que dos por dos son cuatro. Nos convendría a todos regresar por un momento a ese ámbito animoso y cordial. Este homenaje puede servir también para reavivar nuestra esperanza.
Por todas estas razones, de justicia, de sabiduría, de propio interés, invitamos a niños y a adultos, a padres e hijos, a participar en un homenaje nacional e intergeneracional al maestro.
JOSÉ ANTONIO MARINA
Septiembre de 2004
En EDUCACIÓN EN ORCASUR:
- Carta a una maestra de los alumnos de la escuela de Barbiana
- Ser profesor en el siglo XXI
- Educadores
- Haz tu influencia positiva. Pedagogía del ejemplo
- La Comunidad educativa
- Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en la escuela infantil
- Binta y la gran idea
- "La mejor escuela" de José Agustín Goytisolo
- El dedo corazón
miércoles, 9 de diciembre de 2009
La crisis de fondo está en la educación (E. Punset)

Varios amigos (gracias Yolanda) me han recomendado este artículo de Eduardo Punset. Se titula "La crisis de fondo está en la educación". En él el autor reflexiona sobre la importancia de un enfoque emocional para afrontar los retos de la educación.
Copio aquí del blog de Eduardo Punset
Hay una gran mayoría de científicos convencida de que la próxima revolución, la que cambiará nuestras vidas hasta límites irreconocibles, será la fusión de la biología y la tecnología, que ya ha empezado. Esta revolución avanza a pasos agigantados, pero yo estoy convencido de dos cosas: de que no será la más importante y de que le va a ganar la partida otro tipo de transformación que se expresará, a la vez, más profunda y lentamente.
¿Por qué digo eso? Les pido a mis lectores que cierren los ojos un instante e imaginen la actividad que peor funciona de todas las prestaciones universalizadas: la justicia, la seguridad ciudadana, la enseñanza, la sanidad, el ocio, el transporte o la asistencia social a ancianos y necesitados. Otros y yo hemos hecho esta prueba en contextos sociales muy diversos. Pues bien, por ello puedo anticiparles el resultado de su experimento. Son muy pocos los que aludirán a la educación o la enseñanza como a la actividad que atraviesa la crisis más grave.
la educación del futuro
La educación del futuro gestionará la diversidad de las aulas modernas fomentando la inteligencia social y enseñará a gestionar las emociones positivas y negativas.
Y, sin embargo, es, a mucha distancia de las demás, la que menos está respondiendo a las exigencias de las sociedades modernas. Tenemos un sistema educativo instalado en la Prehistoria. Intuimos ahora que la reforma educativa de los próximos 50 años a nivel mundial se caracterizará por una reforma radical de la profesión de maestro. Lejos de ser una profesión liviana, la de maestro será una carrera con un contenido más profesional y complejo que cualquier otra.
Lo que está aflorando del análisis en curso es que el objeto de la reforma no es tanto alterar la complejidad de las clases globalizadas, ni la propia sociedad, como la categoría de los maestros, que verán sus objetivos transformados. El objetivo no será cambiar las clases, que, a veces, fruto del proceso de globalización, parecen una reunión de 30 jóvenes con problemas mentales gritando a sus maestros. Tampoco podemos cambiar de la noche a la mañana las asociaciones de padres, que parecen compaginar un desinterés inaudito por la educación de sus hijos con una cierta agresividad contra el profesorado.
¿Cuál será, pues, a partir de pasado mañana, la misión de los sistemas educativos en el futuro? ¿Formar especialistas? No. La reforma de la enseñanza se propondrá dimensionar ciudadanos en un mundo globalizado. ¿Pertrechar las mentes de sus estudiantes? No. Los esfuerzos venideros en materia educativa apuntarán a reformar los corazones de la infancia y la juventud, olvidados por la obsesión exclusiva en los contenidos académicos.
¿Cómo se consigue alcanzar esta misión? Cumpliendo estos dos objetivos. Uno: aprender a gestionar la diversidad de las aulas modernas, a las que ha cambiado profundamente su cariz la globalización. Se trata de fomentar la inteligencia social y no sólo la individual, hacer que sirva para concatenar cerebros dispares y distintos, tomando buena nota de sus diferencias étnicas, culturales y sociales.
Simultáneamente –y éste es el otro objetivo–, resultará imprescindible que los maestros fomenten el aprendizaje de las emociones positivas y negativas, que son comunes a todos los individuos y previas a los contenidos académicos destilados a la infancia; es decir, aprender a gestionar lo que nos es común a todos. Se trata de enseñar a los jóvenes a gestionar la rabia, la pena, la agresividad, la sorpresa, la felicidad, la envidia, el desprecio, la ansiedad, el asco o la sorpresa.
Al profundizar en el sistema de enseñanza del futuro, estamos constatando que, lejos de ser la profesión de maestro una de las más livianas, es ya, sin lugar a dudas, las más compleja y sofisticada de todas ellas. ¿Cómo ha podido la sociedad, los propios educandos y las instituciones hacer gala de tanta ceguera?
Para seguir el programa REDES de EDUARDO PUNSET: REDES PARA LA CIENCIA
Redes 49: Educar para formar ciudadanos
Redes 50: Meditación y aprendizaje
Redes 35. Ser felz es cuestión de voluntad
En EDUCACIÓN EN ORCASUR:
viernes, 28 de agosto de 2009
Entrevista a Joan Vaello
Juan Vaello es un conocido de este blog. Es el autor del libro Cómo dar clase a los que no quieren que ya comentamos. Ahora añadimos una entrevista en la que nos habla de la competencia emocional en educación. Gracias al Blog de Jacobo Calvo
Entrevista con Joan Vaello from CEP de Granada on Vimeo.
En EDUCACIÓN EN ORCASUR:
Comunidades de aprendizaje. INCLUD-ED. Ramón Flecha. CREA. ESCUELAS ACELERADAS

[La ilustración proviene de aquí]
Entrevista a Ramón Flecha (En el CEP de Granada, hablando de INCLUD-ED)
Para ir más allá:
- Algo sobre Ramón Flecha
- Proyecto INCLUD-ED (Strategies for inclusion and social cohesion in Europe from education)
- Red de Comunidades de Apendizaje
- Páctica docente (revista digital del CEP de Granada)
INCLUD-ED
(Información extraída de Red de comunidades de aprendizaje)
El proyecto INCLUD-ED es un Proyecto Integrado de la prioridad 7 del VI Programa Marco de la Comisión Europea. Los Proyectos Integrados combinan una gran cantidad de actividades y recursos necesarios para lograr objetivos científicos ambiciosos y bien definidos. De ellos se espera que tengan un efecto estructurador en el tejido de la investigación Europea.
El proyecto INCLUD-ED es el único proyecto centrado en la educación obligatoria que se seleccionó en la última convocatoria de propuestas del VI Programa Marco.
El proyecto INCLUD-ED analiza las estrategias educativas que contribuyen a superar las desigualdades y que fomentan la cohesión social, y las estrategias educativas que generan exclusión social, centrándose especialmente en los grupos vulnerables y marginalizados. Europa necesita identificar las estrategias que a su vez utilizarán las personas encargadas del diseño de políticas, las personas al cargo de la gestión educativa, el profesorado, el alumnado y las familias, y que contribuyan a elaborar nuevas políticas que permitan cumplir los objetivos de Lisboa. INCLUD-ED se centrará en el estudio de las interacciones entre los sistemas educativos, los agentes y las políticas, hasta el nivel obligatorio (infantil, primaria, secundaria, y los programas de formación profesional y de educación especial) como se refleja en el siguiente gráfico:
ESCUELAS ACELERADAS
El movimiento Comunidades de aprendizaje tiene un referente clave en las ESCUELAS ACELERADAS, creadas por H.M. Levin en Estados Unidos.
La idea clave de las ESCUELAS ACELERADAS es que la comunidad es la que educa y hay que potenciarla mediante una participación activa (empoderamiento) de todos sus integrantes: alumnos, profesores, familias, barrio, administración. A esta idea hay que añadir el sueño, es decir, la construcción colectiva de las más altas expectativas en los resultados educativos para todos, forjando la voluntad de ir siempre más allá, con la máxima ambición. En definitiva se trata de poner los medios para obtener una educacación de calidad para todos y entre todos.
Accelerated schools from angel on Vimeo.
En EDUCACIÓN EN ORCASUR
- Comunidades de aprenddizaje
- Plataforma de Orcasur
- Paulo Freire
- Proyecto de dirección
- Educación y ciudadanía en el Poligono Sur de Sevilla
- "Tiempo Joven". Jóvenes construyendo ciudadanía
- Oportunidades en Orcasur
- El centro escolar y su entorno en un mundo global
- La utopía de la educación universal (Comenio)
- El sistema preventivo de Don Bosco
- Educación para todos
- ¿Es pública la escuela pública?
- Escuela pública comunitaria
- Por una nueva educacion pública
- Educación personalizada
- Educar es dar oportunidades
- Escuelas comunitarias
- Humanidad = Educación para todos = Pedagogía
- Comunidad educativa
- Sobre Educación
- Educación personalizada
- La escula de las oportunidades. ¿Qué es una escuela pública?
- La sentencia Brown y la segregación en educación
- Carta a una maestra de los alumnos de la escuela de Barbiana. Lorenzo Milani
- Los institutos bilingües de la comunidad de Madrid
Otras referencias:
José Ramón Orcasitas hablando de Comunidades de Aprendizaje:
viernes, 20 de marzo de 2009
Pygmalion en la escuela. Expectativas del maestro y desarrollo intelectual del alumno

El "efecto Pygmalion" en educación consiste en que los alumnos cumplen las expectativas que ponen en ellos sus profesores. Es una seria llamada de atención a los profesores y a los responsables de la organización de los centros escolares que te hace pensar la eficacia educativa de la segregación temprana en base a etiquetas según expectativas académicas.
Pygmalion hace referencia al mito griego del escultor que se enamora de una de sus obras, tratándola como si estuviera viva de tal forma que termina estándolo, haciendo así realidad una creencia que inicialmente era falsa.
«... Mire, real y sinceramente, aparte de las cosas que todo el mundo puede lograr (como vestirse y hablar correctamente), la diferencia entre una señora y una florista no reside en cómo se comporten, sino en cómo se las trata. Yo seré siempre una florista para el profesor Higgins, porque él siempre me trata como a una florista, y así siempre lo hará; pero sé que puedo ser una señora para usted porque usted siempre me trata como a una señora y siempre lo hará así.»Este libro es un clásico de la pedagogía. "Pygmalion en la escuela. Expectativas del maestro y desarrollo intelectual del alumno" de R. Rosenthal y L. Jacobson. Ed Marova. 1980. (Publicado por primera vez en 1968 con el título Pygmalion in the classroom.)
G. B. SHAW, Pygmalion
A raíz del informe Coleman, en los años sesenta, se empezó a evidenciar con diferentes estudios el efecto del contexto en los resultados académicos de los alumnos. Esto dio origen a muchas reflexiones sobre cómo los sistemas educativos podían trabajar para superar estas condiciones de partida y mejorar los resultados académicos para todos los alumnos.
En aquellos años R. Rosenthal y L. Jacobson partieron de la idea general de que las profecías se cumplen, por el mero hecho de hacerlas, o por lo menos son un factor que contribuye a ello. A partir de experimentos estadísticos y estudios de casos, demostraron que este fenómeno también se da en educación. Señalaron claramente cómo los alumnos que son clasificados como torpes o indisciplinados por ese mero hecho, acaban convirtiéndose en lo que se esperaba de ellos y, al revés, los alumnos sobre los que se tienen grandes expectativas al fin las cumplen. Este "efecto Pygmalion" en educación es una llamada de atención a los profesores y a los responsables de la organización de los centros escolares que te hace pensar.
Veamos una parte del prólogo en la que los autores presentan su trabajo.
PrólogoEfecto Pigmalión en la Escuela. Experimento Rosenthal y Jacobson from Ignacio Calderón Almendros on Vimeo.
Las personas hacen más a menudo lo que se espera de ellas que lo contrario. Nuestra conducta está determinada en gran parte por reglas y expectativas que permiten prever cómo se comportará tal persona en una situación dada, aunque no hayamos conocido nunca a esa persona e ignoremos en qué difiere de las demás. Además existe una gran variabilidad entre los comportamientos, de manera que podemos prever el comportamiento de una persona que conocemos, con mucha más seguridad que el de un desconocido. Nuestras expectativas sobre el comportamiento de esa persona serán más acertadas porque conocemos su conducta anterior. Pero tenemos ahora una nueva y buena razón para creer que otro factor interviene en la exactitud de nuestras predicciones. Nuestra predicción o profecía puede ser por sí misma un factor que determine la conducta de otra persona. Cuando esperamos encontrar a una persona agradable, nuestra manera de tratarle, desde un principio, puede de hecho volverle más agradable todavía. De la misma manera, si esperamos encontrar a una persona desagradable, nos acercamos a ella a la defensiva, por eso se convierte efectivamente en una persona desagradable. Este es el tema central del libro. Es decir, la autorrealización de las profecías interpersonales: cómo la expectativa que una persona tiene sobre el comportamiento de otra puede, sin pretenderlo, convertirse en una exacta predicción simplemente por el hecho de existir.
Recordaremos primero las pruebas ya existentes sobre estas profecías interpersonales que se cumplen automáticamente, y presentaremos de una manera más detallada una nueva. Esta nueva prueba procede de un contexto educativo y se dirige a la cuestión de si la expectativa de un maestro sobre la actitud intelectual de sus alumnos puede llegar a operar como una profecía educativa que se cumple automáticamente.
Para resumir brevemente este hecho, diremos que el 20 por 100 de los alumnos de una escuela elemental fueron presentados a sus maestros como capaces de un desarrollo intelectual partícularmente brillante. Los nombres de estos niños habían sido extraídos al azar. Ocho meses más tarde el C.I. (cociente intelectual) de estos niños «milagro» había aumentado de una manera significativamente superior que el del resto de sus compañeros no destacados a la atención de sus maestros. El cambio en las expectativas de los maestros respecto al rendimiento intelectual de los niños considerados como "especiales" provocó un cambio real en el rendimiento intelectual de esos niños elegidos al azar. Hay varios factores que determinan a la expectativa de los maestros sobre la aptitud intelectual de sus alumnos. Antes, incluso, de que un maestro haya observado a un alumno realizando una tarea escolar, tiene ya una expectativa sobre su comportamiento. Si va a enseñar a un «grupo lento», o de color, o de cuyas madres están necesitadas, él esperará distintos resultados escolares que si va a enseñar a un «grupo rápido», o a niños de un medio social más acomodado. Antes incluso de haber visto el trabajo del niño ha podido conocer resultados de sus tests de aptitud o de sus cursos anteriores, o pueden haberle comunicado informaciones menos formales que van constituyendo la reputación del niño. Se han realizado exposiciones teóricas, se han presentado incluso algunas pruebas, la mayoría de ellas anecdóticas, de que la expectativas del maestro puede convertirse en una profecía que se cumple automáticamente. Después de considerar esta nueva demostración experimental, pasaremos a presentar algunas consecuencias para la investigación y práctica pedagógicas.
Algunos enlaces muy interesantes:
- En la Wikipedia: El efeccto Pigmalión
- En EducaRueca: El efecto Pigmalión
- En el blog de Rafael Alba: El teorema de Thomas y el efecto Pygmalion
Una referencia
María José Diaz-Aguado en su libro Del acoso escolar a la cooperación en las aulas Pearson Educación. 2006. Dedica al tema de esta entrada un apartado (páginas 70-75) titulado: El efecto Pygmalyon y la discriminación en el aula. En él se pueden leer algunas conclusiones interesantes sobre los efectos de la discriminación en el aula tradicional obtenidas en investigaciones posteriores al estudio de Rosenthal y Jacobson.
He aquí la cita tomada del libro Convivencia escolar y prevención de la violencia de María José Díaz Aguado:
Expectativas del profesor, discriminación y controlEl estudio de la discriminación que con frecuencia se produce en el aula de clase comenzó, en parte, gracias al trabajo experimental de Rosenthal y Jacobson, Pygmalión en la escuela, (1968). Término con el que se hace referencia al mito griego del escultor que se enamora de una de sus obras, tratándola como si estuviera viva de tal forma que termina estándolo, haciendo así realidad una creencia que inicialmente era falsa. En esta investigación se comprobó experimentalmente que la creación de expectativas positivas falsas permitió al profesor hacer de Pygmalión con el cociente intelectual de sus alumnos; y que el efecto de dichas expectativas dependía de determinadas características de los niños, puesto que fue mayor en los primeros cursos, en los que habían sido previamente incluidos en el grupo de aptitud media y en los alumnos pertenecientes a minorías étnicas fácilmente identificables en este sentido (probablemente debido a la existencia de estereotipos negativos que la información transmitida pudo contrarrestar).Pero ¿cuál es la relación entre las expectativas del profesor y la discriminación en el aula? Hay bastantes estudios que demuestran que el profesor interactúa más frecuentemente en público con los alumnos de expectativas positivas. La importancia de este tipo de diferencias cuantitativas depende de determinadas condiciones, siendo el número de alumnos por profesor una de las más significativas. Cuando hay pocos alumnos el profesor tiende a igualar el tiempo que dedica a cada uno, y entonces las principales diferencias son de tipo cualitativo. Por el contrario, a medida que aumenta dicho número las diferencias de interacción parecen ser básicamente cuantitativas. En estas condiciones resulta muy desigual la distribución de oportunidades para responder en público y participar en las discusiones; y suele haber un pequeño grupo de alumnos brillantes que protagonizan casi todas las intervenciones y otro pequeño grupo de alumnos lentos que no participa casi nunca. Diferencia de oportunidades que parece anticipar a la que se produce entre los adultos en nuestra sociedad. Esta desigual distribución de interacciones públicas y privadas parece obedecer a la necesidad de controlar, por una parte, la clase eligiendo a los alumnos más adecuados para ello e intentar, por otra, de forma individual controlar la conducta de los alumnos problemáticos. Se ha observado, por otra parte, que el profesor suele dirigir preguntas más difíciles y dejar más tiempo para responder a los alumnos de altas expectativas. La diferencia cualitativa más importante gira en torno a la forma con que proporciona reconocimiento y crítica a cada uno de sus alumnos. Utiliza muchos más elogios y críticas, respectivamente, con los alumnos de altas y bajas expectativas. Las expectativas negativas parecen cumplirse por las críticas con que el profesor responde a las interacciones que con él inician estos alumnos. El profesor suele percibir falta de control personal sobre ellos y la crítica con que les responde está destinada a aumentarlo; su principal efecto , al percibir los alumnos que no se relaciona con su rendimiento, es que disminuye su motivación y hace que inicien menos interacciones que escapen al control del profesor.Conviene tener en cuenta, por último, que las expectativas del profesor hacia los alumnos dependen, como demuestra la evidencia disponible, de su propia capacidad para enseñarles. De lo cual se deduce que la forma más adecuada y sólida de mejorar sus expectativas hacia los alumnos difíciles es mejorando al mismo tiempo sus recursos docentes y las condiciones en las que debe desempeñar su trabajo para favorecer el aprendizaje y la motivación de dichos alumnos. Este desarrollo de los recursos y condiciones educativas debe ir acompañado de una definición del papel de profesor claramente orientada al logro de la igualdad de oportunidades y la lucha contra la exclusión.
Para saber más: artículo tomado de los salesianos de Sevilla.
En el libro Nuevas Parábolas para educar en valores de Antonio Pérez Esclarín,
10.- UN ERROR AFORTUNADO
En el salón de clase había dos alumnos que tenían el mismo apellido: Urdaneta. Uno de los Urdaneta, el más pequeño, era un verdadero dolor de cabeza para la maestra: indisciplinado, poco aplicado en sus estudios, buscador de pleitos. El otro Urdaneta, en cambio, era un alumno ejemplar.
Tras la reunión de representantes, una señora de modales muy finos se presentó a la maestra como la mamá de Urdaneta. Creyendo que se trataba de la mamá del alumno aplicado, la maestra se deshizo en alabanzas y felicitaciones y repitió varias veces que era un verdadero placer tener a su hijo como alumno.
A la mañana siguiente, el Urdaneta revoltoso llegó muy temprano al colegio y fue directo en busca de su maestra. Cuando la encontró, le dijo casi entre lágrimas: “Muchas gracias por haberle dicho a mi mamá que yo era uno de sus alumnos preferidos y que era un placer tenerme en su clase. ¡Con qué alegría me lo decía mamá! ¡Qué feliz estaba! Ya sé que hasta ahora no he sido bueno, pero desde ahora lo voy a ser”.
La maestra cayó en la cuenta de su error pero no dijo nada. Sólo sonrió y acarició levemente la cabeza de Urdaneta en un gesto de profundo cariño. El pequeño Urdaneta cambió totalmente desde entonces y fue, realmente, un placer tenerlo en clase.
Las expectativas que abrigamos hacia una persona se las comunicamos y es probable que se conviertan en realidad. Esto es lo que se conoce como Efecto Pigmalión. Según la mitología, Pigmalión, rey legendario de Chipre, esculpió en marfil una estatua de mujer tan hermosa que se enamoró perdidamente de ella. Invocó a la diosa Venus, quien atendió las súplicas del rey enamorado, y convirtió la estatua en una bellísima mujer de carne y hueso. Pigmalión la llamó Galatea, se casaron y fueron muy felices.
El mito de Pigmalión viene a significar que las expectativas, positivas o negativas, influyen mucho en las personas con las que nos relacionamos. De ahí la importancia de tener expectativas positivas de nuestros alumnos. La capacidad de aceptar a los otros como son, y no como quisiéramos que fueran, y de comunicarles dicha aceptación mediante palabras o gestos, es tal vez la principal herramienta para producir cambios positivos en el crecimiento y desarrollo de la persona.
Diferentes tests e investigaciones de Rosenthal han demostrado que las expectativas de los maestros constituyen uno de los factores más poderosos en el rendimiento escolar de los alumnos. Si el maestro tiene expectativas positivas respecto a sus alumnos, se las comunica y logra que estos avancen. Lo mismo si son negativas. Si el maestro está convencido de que sus alumnos -o alguno de ellos- son incapaces, los vuelve incapaces. Como dice Fernando Savater: “Si piensas que tu alumno es un idiota, si en realidad no lo es, pronto lo será”. Si, por lo contrario, el maestro está convencido de que tiene en su salón un grupo de triunfadores, los vuelve triunfadores. Si el maestro tiene una autoestima positiva, valora su trabajo y se encuentra a gusto consigo mismo, la comunica a sus alumnos. Por el contrario, el maestro amargado, sin entusiasmo ni ilusión, cubre toda la acción educativa con un manto de pesimismo y frena el aprendizaje de sus alumnos.
Evita toda palabra, gesto u opinión ofensiva.(“Eres un inútil; no sabes nada; mal, como siempre...”) Subraya siempre lo positivo, y sobre todo, no dejes nunca de querer a tus alumnos. Querer a los alumnos no es alcahuetearlos ni abrumarlos con ilusorias expectativas que les lleven a imaginar que son el ombligo del mundo. Querer a los alumnos supone interesarse por ellos, por su crecimiento y su desarrollo integral, alegrarse de sus éxitos aunque sean pequeños y parciales y, sobre todo, nunca perder la fe ni la esperanza. El notable pedagogo ruso Makarenko, cuenta la historia de un “malandro” que poco a poco se fue transformando, gracias al trabajo cooperativo y autoresponsable. Más tarde, sin embargo, reincide y huye con el dinero. Makarenko no lo denuncia a la policía, y varios meses después el ladrón regresa, sin que nadie le obligue a hacerlo. Makarenko actúa como si nada hubiera ocurrido, y le confía una gran cantidad de dinero para que vaya a hacer compras a la ciudad. El conflicto quedó resuelto automáticamente, sin necesidad de discursos moralizantes. La moral estaba precisamente en el regreso del “malandro” y en el riesgo que Makarenko decidió correr. No se trata de una “prueba”, sino que es la prueba de que el educador no percibió al ladrón como tal, sino como una persona para quien cualquier milagro es posible por el hecho de serlo. De ahí la necesidad de mirar a los alumnos siempre con los ojos del corazón.
En EDUCACIÓN EN ORCASUR:
Suscribirse a:
Entradas (Atom)