En este blog intentamos establecer una conexión entre los conceptos: educación, ciencia, ciudadanía, desarrollo comunitario, enriquecimiento cultural, crecimiento personal y cambio social

viernes, 6 de mayo de 2011

¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo!

[¿Caminamos hacia dos sistemas educativos?]

Siguiendo Yolanda EducaRueca (¡Gracias, admirada amiga Yolanda!) he visto este vídeo :



Al verlo me he acordado del imprescindible texto de León Felipe, "¿Pero, por qué habla tan alto el español?" y me están dando ganas de hablar alto: "¡Que viene el lobo! ¡Que viene el lobo!"

Supongo que esta es una opinión en minoría, pero creo que hay que advertir de algunos peligros.

En la práctica, la libertad de la que habla Esperanza Aguirre en el vídeo es la de los centros para poner currículos en los que no quepan los pobres, y estimular una competencia malsana para que los centros y los profesores, en vez de cooperar y repartirse las cargas, se den codazos unos a otros y se humillen ante la administración buscando un trato de favor frente a sus colegas vecinos.

El derecho de los padres a elegir centro
se lleva ejerciendo en España desde hace más de treinta años. El problema es que el derecho de elección de centro es un derecho en concurrencia, en el que hay que fijar prioridades para determinar quien tiene mejor derecho en el caso de que haya dos porsonas que deseen el mismo puesto escolar. La LOE regula el derecho de elección de los padres en el artículo 84 y siguientes.

Si nuestra preocupación es rebajar costes, subir en una lista o agradar al que reparte los buenos programas, ¿qué será de los malos alumnos, los que generan molestias y gastos? ¿qué será de las familias desorientadas?, ¿qué será de los profesores generosos, que tienen vocación social?, ¿qué será del servicio público de la educación?, ¿dónde quedará el compromiso de los centros educativos con el desarrollo comunitario?, ¿qué sitio habrá para la educación compensatoria?, ¿Dónde irá a parar la cohesión social?

La red de centros sostenidos cn fondos públicos (públicos y concertados) es la garantía del acceso de todos los ciudadanos a la educación en condiciones de igualdad. En consecuencia, en relación con la organización de la oferta de puestos escolares, el sistema educativo tiene que responder, de manera armónica y equilibrada, al derecho de los padres a elegir centro y a la obligación que el propio sistema tiene de garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación.

El reto del legislador es, pues, doble: Por un lado, ordenar los procesos de admisión de alumnos, y por otro, y de manera inseparable del anterior, clarificar el código de derechos y obligaciones que tienen los centros sostenidos con fondos públicos para contribuir a los objetivos generales del sistema educativo, que no son otros que ofrecer una buena educación a todos, sin exclusión, y contribuir a una sociedad más justa y cohesionada. Es en este segundo aspecto donde se incluyen las condiciones para la no discriminación en la admisión, las garantías de gratuidad, así como la escolarización equilibrada de alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo.


No es nueva la estrategia de los neoliberales para romper la unidad del sistema educativo. La clave de esta estrategia está en la diferenciación de los curriculos por centros y, en un futuro (si nadie lo remedia) en una diversidad, de hecho, de títulos académicos en las enseñanzas básicas. Si a esto añadimos un pelín de autoritarismo, para solucionar los problemas, sin necesidad de tener que estudiar pedagogía, mejor.

La competencia sin criterios comunes entre centros educativos tiene el riesgo de promover la exclusión, la insolidaridad y las trampas. Dudosamente mejora los rendimientos globales.

En resumen, creemos muy peligrosa la combinación de lo que llaman "libre elección", con selectividad encubierta en el acceso en base a currículos diferenciados y una hostilidad, solapada o explícita, a las personas de un previsible bajo rendimiento académico o un coste superior a la media.

De esta manera es inevitable que se cree una
doble red (la de los buenos y la de los malos). La primera, cada vez más protegida y prestigiada y, la segunda cada vez más precaria y marginada. Ya lo estamos viendo. Estas políticas avanzan: los programas bilingües, los centros de excelencia, las clasificaciones de centros en base a las medias en las CDI, cerrar los Centros de Profesores, donde cooperar unos con otros y desarrollar proyectos comunes, etc. Progresivamente se van abandonando o desvirtuando las políticas de "éxito para todos" como PROA y los programas de integración. ¿Hacia dónde caminamos?

Otro peligro colateral es que, de manera paralela, se está viciando en la mentalidad de algunos funcionarios docentes el sentido de servicio público. El estímulo de una competencia malsana entre compañeros desmotiva el espíritu de equipo, que es la base de la eficacia y la innovación pedagógica.

Así es muy fácil que los objetivos generales del sistema dejen de ser las referencias de actuación, para guiarse sólamente por la acomodación y el medro particular.

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Una curiosidad histórica, que tal vez sólo recordamos las personas mayorcitas: En su día, en los años ochenta, priorizar la proximidad del domicilio en el derecho de los padres a la elección de centro fue una petición de los colegios de los barrios pijos para que no viniesen gente de otros barrios con menos estatus social. Bien es cierto, que eran otros tiempos.

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En este video da la sensación de que está improvisando:





En EDUCACIÓN EN ORCASUR:

2 comentarios:

Educación en Orcasur dijo...

"Oí en la radio las declaraciones de Lucía Figar presentando al nuevo director de IES 'San Mateo', o lo que sea. No podía dar crédito a mis oidos.

Creo bastante alarmante todo esto que está pasando. Al margen de cuestiones de ideología educativa, es muy notable el desprecio por lo que suponen los procedimientos que son necesarios en la gestión de la función pública.

Si el centro que se crea es nuevo, es necesario que sea de acuerdo con el procedimiento que establecen las leyes (artículo 17 de la LODE) y con las denominaciones que se se establecen en el artículo 111 de la LOE.

Si el centro no es nuevo, la cuestión es aún más grave. Los directores no se pueden nombrar a dedo, sino en virtud del procedimiento que establece los artículos 133 y 134 de la LOE.

Por otra parte, los puestos docentes, no son cargos políticos que se nombran de manera discrecional, sino que son ejercidos por funcionarios y por consiguiente los destinos se oobtienen en virtud de concursos trasparentes regulados por la Ley de la función pública.

Me resulta alucinante ver la facilidad con la que perdemos las referencias del sentido de lo público".

Pepe Lozano dijo...

Fascismo, puro fascismo