En este blog intentamos establecer una conexión entre los conceptos: educación, ciencia, ciudadanía, desarrollo comunitario, enriquecimiento cultural, crecimiento personal y cambio social

miércoles, 15 de abril de 2020

Sin más dimensiones no nos moveremos






Este es un artículo publicado en la revista Educar(NOS). nº 88 Ver aquí

SIN MÁS DIMENSIONES NO NOS MOVEREMOS

Ángel de la Llave (M)

En 1884 Edwin Abbott escribió un cuento con el título “Planilandia”. La historia es una fantasía sobre cómo sería un mundo que solamente tuviese dos dimensiones. Todo el cuento es en realidad un pretexto para hacernos reflexionar sobre lo que limita nuestra mente el considerar una cantidad escasa de dimensiones.

Siguiendo el cuento, os invito a pensar qué pasaría en un mundo unidimensional. Imaginad un grupo de hormigas que viviesen a lo largo de un estrecho tubo. Para estos pobres insectos unidimensionales un simple punto sería una frontera infranqueable. Sin embargo, estas mismas hormigas, bloqueadas por un puntito, salvarían el obstáculo fácilmente si dispusiesen de una segunda dimensión en la que moverse.

Además, a estas hormigas vivir en un tubo les crearía graves problemas de apreciación. Al carecer de perspectiva, pueden creer que avanzan por el simple hecho de andar hacia adelante. Pero esto no deja de ser más que una falsa impresión. En la realidad, mientras las hormigas creen que avanzan puede que estén retrocediendo, si la línea por la que marchan se dobla sobre sí misma, como le ocurre a una circunferencia.

Para terminar con estas metáforas sobre las dimensiones, veamos otro ejemplo más: Pensad ahora en unas hormigas que solo pudiesen moverse en una superficie de dos dimensiones. Para estos pobres animalillos planos todas las figuras – los círculos, los triángulos, los cuadrados... – serían vistas como iguales. Todas ellas, al mirarlas sin perspectiva, serían simples segmentos. Solamente cuando se miran las figuras desde una tercera dimensión se descubren en su auténtica forma. En el quehacer de la Escuela muchas veces nos topamos con callejones sin salida, contradicciones y problemas aparentemente irresolubles. Pero, todas estas dificultades se ponen en camino de superación si somos capaces de mirarlas con nuevas dimensiones.

Las nuevas dimensiones son los grandes conceptos en Educación. Esas ideas simples que iluminan y mueven a la acción. Al mirar la escuela desde nuevas dimensiones se hace la luz y se nos abren nuevos caminos por donde movernos. Por eso, es una gran alegría cuando encontramos personas o descubrimos lecturas que nos señalan dimensiones nuevas desde las que asomarnos al mundo. Cando nos creíamos profesores que enseñábamos a los alumnos, el fracaso escolar era un obstáculo insalvable. En este tema nos ocurría lo que les pasaba a las pobres hormigas que vivían en un tubo: no veíamos más allá de nuestras narices y cuando creímos avanzar, en realidad estábamos yendo cada vez más atrás. Para muchos de nosotros Carta a una maestra nos descubrió nuevas dimensiones de la cuestión, y ya nunca más vimos las cosas de la misma manera.

No se puede ver a los alumnos de la escuela sólo como alumnos, sin considerar su personalidad, su clase social y la necesidad que tenemos todos de comprender, entre todos, lo que está pasando. La escuela no puede acomodarse a no pensar sobre lo que está haciendo. No puede dejar de mirar cuáles son los intereses a los que sirve. Y así, tomando conciencia de lo que ocurre, ha de hacer escuela más allá de la escuela. Por eso, ¡ojo! Ahora en el discurso educativo se está reavivando una fuerte tendencia a podar las dimensiones de la Educación. Hay muchos temas de los que ya no se habla ni en los claustros, ni en las aulas, ni en los aledaños de la escuela, ni en las facultades del magisterio. Cada vez más se intenta ver la Educación como si fuese solo un problema contable para expertos. Y así no hay manera de educar(NOS).

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