En este blog intentamos establecer una conexión entre los conceptos: educación, ciencia, ciudadanía, desarrollo comunitario, enriquecimiento cultural, crecimiento personal y cambio social

lunes, 1 de octubre de 2012

La mercancía averiada de las reválidas. Evitemos que la educación se queme en la pira de las reválidas


Empiezo con una cita del ilustre matemático Pedro Puig Adam (1951)

Es muy difícil ser buen educador y buen preparador a un tiempo. Admitido que el prestigio de los Centros de enseñanza esté involucrado al éxito de sus alumnos en ciertos exámenes; los profesores de los mismos tenderán fatalmente a fabricar con la materia prima de su alumnado un producto artificial adecuado a las mencionadas pruebas, sacrificando si es preciso los valores auténticamente formativos y aun la salud física y mental del alumno, quizás sin darse cuenta de ello.”
Pedro Puig Adam
Fuente: Valor formativo de las Matemáticas en la segunda enseñanza. Pedro Puig Adam

No hay que dejar de leer este artículo de José Gimeno Sacristán:
Muy nteresante artículo de Rafael Feito:
Artículo de El País:

ESPERO QUE LOS PROFESORES  JAMÁS COMPREN LA MERCANCÍA AVERIADA DE LAS REVÁLIDAS. (aunque muchos no lo tienen claro)

EVITEMOS QUE LA EDUCACIÓN SE QUEME EN LA PIRA DE LAS REVÁLIDAS

Si nos fijamos en el ejemplo de USA, la competencia entre centros y las pruebas standarizadas ha traído la cultura de las TRAMPAS y de la insolidaridad (que NO la cultura del esfuerzo)

http://edition.cnn.com/2011/OPINION/07/13/jackson.schools.cheating/index.html


También han traído el deterioro de la formación del profesorado y el empobrecimiento de la enseñanza de las Matemáticas y la Ciencia

http://www.ams.org/notices/201306/rnoti-p763.pdf

Lo dice el New York Times: La obsesión por los exámenes es un problema:

 

El nuevo plan OBAMA: Tda la culpa es de los maestros...
http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-05-21/el-plan-de-obama-para-arreglar-la-educacion-publica-exigir-mas-a-los-profesores_133744/


Las reválidas hechas por “especialistas” de la LOMCE son igual a:


Lo que nos traen las reválidas:

a) Bienvenidos los negocios de las empresas de evaluación y tratamiento de datos.
b) Bienvenidas las academias cutres para preparar exámenes. Centros avariciosos y corruptos .
c) Bienvenidas las reclamaciones de las “familias-clientes” descontentas con los resultados. (mi niño estaba enfermo, hubo una desgracia familiar, los profesores eran malos, estabamos mal informados, ....)
d) Bienvenidas las trampas generalizadas:  En los exámenes, en el maquillaje de los resultados, en la admisión de alumnos,…
e) Bienvenidos los rankin  patateros de centros basados sólo en los resultados de las pruebas y no en sus valores éticos y pedagógicos.
f) Bienvenida la ruptura del sistema educativo en dos redes: Una red, la de los colegios buenos que tienen buenos resultados y preparan para el acceso a buenas universidades (que según la LOMCE pueden poner criterios propios),  y otra red, la de los centros basura, que no conducen a nada más que a ser mano de obra barata y sometida y cualificaciones de bajo nivel.
g) Bienvenida la hostilidad hacia los alumnos con dificultades. Ya que supuestamente son ellos  los responsables de bajar la posición de los rankins.
h) Bienvenida la segregación temprana de los alumnos y el efecto Pygmalion.
i) Bienvenida la competitividad. Unos contra otros: codazos y zancadillas. Peloteo miserable para conseguir favores y mejorar en los rankin.
j) Bienvenidos los escándalos por corruptelas, filtraciones, denuncias, contenidos polémicos en los exámenes, ...
k) Bienvenidas las broncas insalvalbles por las competencias de las comunidades autonomas en materia de revalidas. (¿Os imagináis en el País Vasco o Cataluña el boicot a la "reválida española"). Empezará a haber polémicas sobre si en un sitio las reválidas son más fáciles que en otros.... Un lío monumental.
l) Bienvenida la psicosis (histeria, frustración, ansiedad),por los exámenes a todos los niveles. No va haber quien se aguante.
m) Bienvenidos niños hiepermedicados para aumentar su concentración. Niños adictos al redbull y a los estimulantes.
m) Bienvenida la tristeza, la frustración, la rabia. 


Lo que nos quitan:

j) Adiós a la innovación educativa. Los profesores innovadores serán perseguidos y acusasos de distraer la adecuada preparación de los exámenes.
k) Adiós a todo aquello que no entra en el examen (expresión oral. asignaturas “marías”, leer libros enteros, ver películas, buscar información, la observación de la naturaleza o el arte, el trabajo laborioso, la creatividad, la búsqueda de un conocimiento propio, investigar,  las nuevas tecnologías, las demostraciones en matemáticas, el trabajo por proyectos…)
l) Adiós a la educación integral, la educación en valores, el fomento de la convivencia y la cohesión social en la escuela.
m) Adiós a la integración y a los programas de compensación educativa.
n) Adiós a la escuela como comunidad educadora y a la implicación de la escuela con los fines sociales, culturales y civicos, adiós a su contribución al desarrollo comunitario.
ñ) Adiós a la educación emocional.
o) Adiós a la enseñanza de la ciencia y la tecnología, basada en la investigación, la resolución de problemas y el desarrollo de proyectos.
p) Adiós al arte y la creatividad (cosas como el teatro, la creación literaria, la expresión plástica y visual,... no caben en un examen).
q) Adiós al deporte, a la naturaleza, a las excursiones, a los juegos ....
r) Adiós a la cooperación entre compañeros, entre centros, entre familias.

O sea .... Son inviables, inútiles y perversas, 


Exámenes en Tailandia usando un sombrero anti copia



En la RED

Muy interesante es el post de Ángel SabÍn. Nos pone de manifiesto como volvemos a esxperiencias pedagógica que ya superamos hace más de 40 años.

 


"Se pretende convertir la escuela en una empresa que tiene por objeto final el rendimiento. Esto se convertiría en una trampa mortal para los desheredados de la tierra."
Paulo Freire. La pedagogía de la esperanza

Stop LeyWERT tiene un video estupendo sobre el tema de la obsesión por las reválidas.





En EDUCACIÓN EN ORCASUR ya hemos dedicado varias entradas a este tema:

2 comentarios:

Enrique dijo...

Suponiendo que todo le haya ido bien y que no haya repetido ningún curso, un licenciado universitario ha tenido que superar, aproximadamente, entre 600 y 800 exámenes a lo largo de su historia académica. Desde los nueve años, o incluso antes, ha tenido que demostrar periódicamente su cualificación o valía.

En la mayoría de los casos, incluso en las enseñanzas universitarias, aprobar el examen consistió en trasladar datos e informaciones de un soporte a otro (de los apuntes o el libro de texto a los folios del examen) empleando la memoria como recipiente. El mayor o menor éxito de la operación residía en la capacidad de la memoria, el tiempo necesario para llenarla y la mayor o menor habilidad para recuperar lo que habíamos guardado en ella. Terminado el examen, una vez cumplida su función, la memoria se vaciaba para que pudiera almacenar otra cosa.

Así, sin haber leído a Quevedo, fui capaz de enumerar, con éxito, las principales características de la lírica barroca. De forma similar, memorizando y reproduciendo sin llegar del todo a comprender, dejé atrás las ecuaciones, la formulación y las declinaciones latinas.

Imagino que la mayoría de los que hemos pasado por la escuela hemos tenido una experiencia similar; por eso no deja de sorprenderme que le otorguemos tanta credibilidad a este tipo de pruebas, asumiendo que existe una relación directa entre la nota que se obtiene en un examen y la cantidad de conocimientos que se poseen.

http://www.otraspoliticas.com/educacion/examenes

Enrique dijo...

Suponiendo que todo le haya ido bien y que no haya repetido ningún curso, un licenciado universitario ha tenido que superar, aproximadamente, entre 600 y 800 exámenes a lo largo de su historia académica. Desde los nueve años, o incluso antes, ha tenido que demostrar periódicamente su cualificación o valía.

En la mayoría de los casos, incluso en las enseñanzas universitarias, aprobar el examen consistió en trasladar datos e informaciones de un soporte a otro (de los apuntes o el libro de texto a los folios del examen) empleando la memoria como recipiente. El mayor o menor éxito de la operación residía en la capacidad de la memoria, el tiempo necesario para llenarla y la mayor o menor habilidad para recuperar lo que habíamos guardado en ella. Terminado el examen, una vez cumplida su función, la memoria se vaciaba para que pudiera almacenar otra cosa.

Así, sin haber leído a Quevedo, fui capaz de enumerar, con éxito, las principales características de la lírica barroca. De forma similar, memorizando y reproduciendo sin llegar del todo a comprender, dejé atrás las ecuaciones, la formulación y las declinaciones latinas.

Imagino que la mayoría de los que hemos pasado por la escuela hemos tenido una experiencia similar; por eso no deja de sorprenderme que le otorguemos tanta credibilidad a este tipo de pruebas, asumiendo que existe una relación directa entre la nota que se obtiene en un examen y la cantidad de conocimientos que se poseen.

http://www.otraspoliticas.com/educacion/examenes