En este blog intentamos establecer una conexión entre los conceptos: educación, ciencia, ciudadanía, desarrollo comunitario, enriquecimiento cultural, crecimiento personal y cambio social

lunes, 17 de marzo de 2025

Escuela Comumitaria

 



ESCULA PÚBLICA COMUNITARIA

por Ángel de la Llave 

Publicado en Educar(NOS). Nº 109


En los años sesenta la UNESCO lanzó la propuesta de un modelo de escuela que se denominó ESCUELAS COMUNITARIAS que estaba especialmente pensada para países en vías de desarrollo. 

 

Según la UNESCO, las escuelas de este tipo van mucho más allá de la escolaridad. La idea básica es poner la escuela --concebida como complejo educativo y social-- al servicio de la comunidad y ser, en medio de ella, un foco cuyas actividades se extienden en todas direcciones y cubren aspectos diversos en complicidad con su entorno.

 

Los locales e instalaciones de la Escuela Comunitaria se conciben para prestar servicios educativos y sociales a niños, jóvenes y adultos; a alumnos regulares y estudiantes libres; para organizar cursos y actividades extraescolares y reunir en su seno a todos los integrantes de una comunidad. Las instalaciones y su organización deben poder adaptarse a todos los usos y a todas las edades y cubrir en un mismo conjunto una diversidad de oferta educativa tanto formal como no formal, incluyendo programas de dopoescuola. Las Escuelas Comunitarias deben incluir aulas versátiles, instalaciones deportivas, salón de actos, comedor, biblioteca, talleres, laboratorios, dispensario y otros servicios sociales y culturales abiertos.

 

Los profesores y los otros miembros del personal, además de enseñar a niños y adultos deben crear condiciones propicias para la activa colaboración entre escuela y comunidad. A tal fin deben animar la participación de los alumnos y sus familias. Así mismo tienen que estar dispuestos a cooperar con programas de inserción laboral, promoción de la salud, prevención de conflictos y otras tareas cívicas, incluso de auxilio en casos de emergencia. 

 

Una Escuela Comunitaria tiene que ser un referente en su entorno. Para ello tiene que estar en contacto con los pobladores a fin de informarse sobre sus necesidades, posibilidades y aspiraciones y brindar a la comunidad la oportunidad de descubrir elementos nuevos que mejoren sus condiciones de vida y faciliten el acercamiento humano.

 

Cuando en España se planificó la implantación de la Ley General de Educación de 1970 se abrió un debate sobre el diseño de las nuevas escuelas. Las escuelas no solo debían adaptarse a etapas académicas diferentes a las tradicionales, sino que también debían posibilitar una metodología pedagógica nueva que incorporaba ideas como la enseñanza personalizada, el agrupamiento flexible, el aprendizaje activo, la educación inclusiva, los equipos de profesores, la orientación académica y profesional y la evaluación continua. Por cierto, estas ideas pedagógicas estaban muy influidas, sin decirlo, por las desarrolladas en el entorno de la Institución Libre de Enseñanza como fue el Instituto-Escuela en 1918 o el Colegio Cervantes de Madrid dirigido por Ángel Llorca.

 

En 1970 durante una semana se reunieron en Alcalá de Henares expertos de la UNESCO, la OCDE y los creadores del modelo de las Escuelas comprehensivas del Reino Unido. De estas reflexiones nació un modelo de edificio escolar que se plasmó en la efímera Orden Ministerial de 10 de febrero de 1971.

 

Para mi este momento de la historia de la educación en España me es especialmente emotivo porque está en la base del diseño del Complejo Educativo y Social “Ciudad de Jaén” que proyectaron para el barrio Orcasitas Madre Rosa, Víctor García Hoz y el arquitecto Joaquín Roldán hace 50 años. 

 

Recientemente, en esta línea, cuando se reavivó el debate educativo al calor de la contestación a la Ley Wert, Jaume Carbonell, en Cuadernos de Pedagogía, planteó la propuesta de Escuela Pública Comunitaria, que podemos resumir en estos rasgos: 

 

1. Una escuela inclusiva e integradora que atiende todas las diversidades individuales.

2. Una escuela que respete y garantice el pluralismo social e ideológico.

3. Una escuela innovadora.

4. Una escuela con autonomía.

5. Un profesorado comprometido e innovador.

6. Una comunidad para articular los diversos tiempos y espacios educativos.

 

Quizá unos planteamientos demasiado maximalistas en el diseño de un modelo de escuela radicalmente distinto del actual no tengan demasiado recorrido práctico. No obstante, resumo algunas reflexiones que creo no deberíamos perder de vista para, por lo menos, no ir en la dirección equivocada, como ocurrió en Madrid cuando se suprimieron los Centros de Profesores: 

 

1) Un sistema educativo común llega al cien por cien de los niños y jóvenes y a sus familias. ¿Quién duda de que la escuela inclusiva es un elemento lleno de posibilidades de acción cívica y social?

 2) Proyectos que vinculen las escuelas de un barrio y a otros agentes sociales pueden contribuir a constituir redes de apoyo que ayuden a desarrollar los ideales que se formularon para las Escuelas Comunitarias en los años sesenta.

3) La formación permanente del profesorado y la carrera docente debería incentivar el desarrollo de iniciativas de investigación-acción. Hay metodologías como la dopoescuola o el Aprendizaje-servicio que proporcionan buenas experiencias. 

4) Los complejos educativos y sociales que combinan distintas etapas y modalidades del Sistema Educativo son un modelo para recuperar. Estos complejos pueden ofrecer una variedad de entornos de aprendizaje a la par que dan continuidad a programas educativos, sociales y culturales. Este modelo ha demostrado ser una buena solución para prevenir el abandono y el fracaso escolar y sirve para potenciar la integración social.


Referencias: